Estela Kobs

Te quiero silencio y no te quiero.

Silencio instridente, malicioso

no escucho tu lejano sin-sonido

apenas un horrible ruido

que se parece a los enojos.

 

Sé que estás ahí, meditando

como un sabio, entretenido,

silencio solitario, sin amigos

casi casi un  silencio ermitaño.

 

Silencio de tardes infinitas

¡Ay!  tu  ausencia es estridente

¡Ay!  antojos efervescentes,

y tu deslucida esencia a nada incita.

 

No te quiero silencio, pero te quiero

te deseo cuando no tengo palabras

y si  te siento en mis noches amargas,

si no tengo respuestas, te detesto.

 

Cuando me abruman las nostalgias

te clamo en silencio, silencio

cuando te clamo te trae el viento

y la soledad se apodera de mi alma.

Escucho los silbidos del infierno

voces vacías, risas, lamentos

voces, sin-voces, silencios.

Te quiero silencio y no te quiero.