Silencio instridente, malicioso
no escucho tu lejano sin-sonido
apenas un horrible ruido
que se parece a los enojos.
Sé que estás ahí, meditando
como un sabio, entretenido,
silencio solitario, sin amigos
casi casi un silencio ermitaño.
Silencio de tardes infinitas
¡Ay! tu ausencia es estridente
¡Ay! antojos efervescentes,
y tu deslucida esencia a nada incita.
No te quiero silencio, pero te quiero
te deseo cuando no tengo palabras
y si te siento en mis noches amargas,
si no tengo respuestas, te detesto.
Cuando me abruman las nostalgias
te clamo en silencio, silencio
cuando te clamo te trae el viento
y la soledad se apodera de mi alma.
Escucho los silbidos del infierno
voces vacías, risas, lamentos
voces, sin-voces, silencios.
Te quiero silencio y no te quiero.