Entre la barahunda de estos versos degollados,
deslavazados y muy a mi pesar inconsistentes,
sin éxito por los adornos de mi espíritu dorados,
vacíos de contenido al aire vagando van silentes.
Insulsos, cabizbajos, soñando van ensimismados
en el onírico universo de las fantasías de la mente,
frágiles cuchicheos que entre susurros van rezando
plegarias o lamentos invocando al subconsciente.
Versos de silencios cautivos y de soledad ajada,
cero de ceros, duda de dudas, de cielos muertos,
carencia pura, es la ausencia total de pensamiento,
un canto al vacío, el caos, la destrucción, la nada.