LAS AGUAS DE TUS CAÑAVERALES DIVINO ESPEJO DONDE TU ROSTRO VEO,
VEO DOS SOMBRAS BLANCAS QUE SE VAN MOVIENDO Y MIS OJOS QUEDAN
CIEGOS.
ME PARO EN LA ORILLA SECA Y OTRA VEZ LA VEO SUBIR DEL AGUA MUERTA
Y LA HECHICERA LUNA SE SIENTA Y DESNUDA LA PIEDRA Y BRILLA TODA LA
SELVA.
MI BARCA COJO Y VOGO LENTO Y ME ACERCO Y LA LUNA DICE : CUIDADO
MANZEBO,
NO VAYAS A LA RIBERA QUE ALLÍ ESTÁN LAS ALBORADAS Y LA SIRENA
QUE CANTA A SU AMADO MARINERO Y POR LAS NOCHES LLORA POR EL DE PENA.
ATRACO AL CAÑAVERAL Y AL RÍO Y ME VE DE CERCA Y SE TIRA AL AGUA, SALTA
EN MI TRAINERA,
Y ME CAE EN BRARZOS Y ME BESA COMO UNA PLAYA BESA A LA MAREA,
ME TIRA EN EL BANCO DONDE YO VOGABA Y SUS AGUAS SE VEÍAN LOCAS
EN SU FOSFORESCENCIA.
LA ESTIRO EN LA BANCADA Y CON EL VAIVÉN DE LAS OLAS FRESCAS SE MUERE
Y SE MAREA Y DESPUÉS DESPIERTA Y SONRÍE DE SATISFECHA DE SALTAR EN
BARCA Y SENTIR PROFUNDO LO QUE NUNCA HICIERA SOBRE AQUEL VAIVÉN
DE LA MAREA.