Adrian VeMo

AnĂ³nimos

 

 

¿Podrá hilvanar el azar

tus pies atezados y lejanos

con mi camino oblicuo?

 

La ansia hace frente al recuerdo

para no ser olvido.

Esta inquietud de quererte...!

 

Ya siento tus manos

desterrando el paraíso

que arrojaste y boga en el invierno.

 

Tendrás aroma de fruta marína

forma de espuma agitada,

serás cristal espinoso

y cenit de mi marea nocturna.

 

Nuestras piernas treparán,

como un espiral de hiedra,

hasta arrancar los pelos a la pasión.

 

Pero no vires el azar

para que no parezca esto

una traviesa utopía.

Porque tal vez ni tus piernas de alabastro,

reconoceré,

mi Afrodita felona;

ni tus senos empolvados por otros besos,

ni tu boca de uva, anclada en mis pupilas.

Quizá sienta

a tu voz endurecer otro nombre

y a tu mirada galopando llena de heridas

 

... y entonces parecerán nuestros sexos

dos anónimos.