Y llegó la noche borrando luces,
deshaciendo caminos o apurándolos,
llevándome de la mano,
lenta, implacable, dueña de mi destino
y se coló en mi vida sin aviso
sin por qués o con ellos, pero noche.
Y el nuevo día trajo un sol a mis ojos,
ha sido tanta la oscuridad,
poco a poco se abre paso, avanza,
llena de claridad el día
en ella busco la calma,
es la luz,
la fuerza para subir a lo alto de la torre
o para bajar al borde del abismo.
Y el mar se deja escuchar,
me llama a su encuentro cercano
para poner distancia con los astros,
a gritos,
con su húmeda voz
rugiendo en la inmensidad
lo que la noche y el sol no pueden ver.