No es sencillo dormir,
Apagando con los ojos las luces de una preciosa noche.
No es sencillo reír, cuando otros lloran
No es sencillo llorar, sentir, transparentar tu vida.
No es sencillo amanecer,
saludando al nuevo día.
No es sencillo componer, crear, iluminar ideas, canciones, cantigas.
No es sencillo aparentar, mentir. No es sencillo aparentar escuchar.
No es sencillo saltar entre amapolas, entre espigas, entre ilusiones.
No es sencillo imaginar. No es sencillo pensar.
No es sencillo elegir, descartar, decidir.
No es sencillo apostar, por alguien, por ti; por la mañana o por la noche.
No es sencillo viajar, para luego siempre retornar.
No es sencillo envejecer, siendo joven aún. No es sencillo perder... ni ganar.
No es sencillo jugar, por jugar. No es sencillo competir.
No es sencillo respirar bajo el agua, bajo un yugo, bajo un recuerdo.
No es sencillo olvidar, cuando lo que queremos es recordar.
No es sencillo amar sin odiar.
No es sencillo sobrevivir sin morir.
No es sencillo educar, enseñar. No es sencillo aprender, ni estudiar.
¿Qué es lo que tiene todo esto de sencillo? Nada
Entonces, ¿por qué seguir? ¿por qué escribir?
Lo que tiene sentido es luchar, es soñar con ganar.
Es aprender a amar, es aventurarse en escuchar, en oír.
Es cantar, es leer, es mirar, es empatizar.
Es volar. Es creer que lo que vale...
Es conjugar el verbo vivir.
Aunque no sea sencillo.