Agrietada la tierra donde piso
un desierto mortal, falsa quimera
esperar tener agua en primavera;
del horizonte acá nada preciso
quizá un cuervo voraz que sin permiso,
(el rey de la miseria verdadera,)
da vueltas y más vueltas, a la espera
que algún que otro difunto sin aviso
le deje posar su ala, sin permiso.
Así que condición, no es necesaria
para que todo cuervo en el paraíso,
practique su destreza rutinaria,
puesto que un cadáver es tan sumiso
propio es que se le haga, caso omiso.
10/2/14 j.ll.folch