“Para ti mi amada poeta,
mi poeta favorita”
(Managua, 10 de febrero 2014)
Y un rápido viento entró por la ventana
y movió nuestras sábanas.
Tu sonrisa maliciosa se enredó en mi mirada,
mientras tus labios suaves…
besaban mi pecho.
Yo no quería moverme del lecho,
sentía que nuestros abrazos,
subían nuestros cuerpos hasta el techo.
Continúa amaneciendo y después,
nuestros cuerpos, despiertan otra vez nuestros deseos.
Hacemos del día noche y
se enredan nuestras vidas
en un plácido destino horizontal,
en donde nadie es menos,
en donde nadie es más.
Solamente tú y yo,
vestidos al natural,
deseándonos mutuamente y
ardiendo en este deseo que
sentimos no va a pasar.
Continúa amaneciendo y
entrelazados no parecemos dos
sino uno:
uno encima del otro,
uno adentro del otro,
uno parecido al otro.
Y este amor que empieza con el amanecer
y no quiere volver a despertar.