Las aguas de la vida nos empujan a vivirla sin descanso,
a veces lo hacen con fuerza , otras con mansa suavidad
pero siempre nos llevan a los destinos predestinados...
No cabe duda que provocan torbellinos y caídas en la piedras
en cada tramo del torrente que transitamos sin saber el futuro,
pero algo no te robaran de tu vida, y es la sonrisa nacida dentro...
No importa cuanto luches, ames y cantes, siempre habrá una lagrima
que agregar al torrente de aguas cristalinas con flores que arrastra el cauce
que se desprendieran alguna vez de los brotes de la perfumada planta...
Esa sonrisa nace y se irá contigo pues esta pegada a tu piel otrora lozana
pero que retiene su sensibilidad por dentro y por fuera hasta el final incierto
de las travesías por los laberintos grises que cruzamos a puro coraje...
Detrás de tus ojos se esconde el mundo que ya no es y forma el pasado,
así como cada día que pasa ya es viejo y no te permite los retornos
a momentos de distintos matices y colores, misterios y sorpresas...
Y en ese cauce se fugarán la juventud , las esperanzas ,y los anhelos,
que alimentaron tu alma de mujer y la hicieron rica en fulgores
que solo tu sabes ver brillar en las tormentas del alma y la vida...
El río sigue su curso y se pierde a lo lejos llevando aguas a destinos ignotos,
y en el, tu espíritu hallará su lugar destinado a los dueños de la paz interior
adornada con el arco iris y cantos de duendes, alondras y jilgueros...
Del poeta de cartón ....