Busqué jugar, aprender de la vida,
abrir las alas, al compás de tu sonrisa,
crecer entre la bruma, misteriosa de tus días.
Quise dar al mundo, inmortales poesías.
Fue tu risa responsable, del florecer de mi carisma,
y de mi ciencia prematura, tu argumento protector.
Hoy te guardo entre mis rimas, en mi cielo y mi canción.
y en plegarias cada noche, ruego al cielo por tu amor.
No he perdido tu mirada, ni tu canto, ni tu dios,
son las notas de mi canto, la moral de mi creer,
la dulzura en mis encantos y en mis besos lo sensual,
es tu ser, en mi rutina, la sonrisa al recordar.