Por qué el tiempo tiene que pasar,
el estado que no le importó, lo viene a reclamar
y sale altivo donde lo desearán cazar
arrancándolo de quien lo sabe amar.
La guerra, maldita palabra, bazar
de idiotas donde la muerte suele clamar
una juventud que a los lados el azar
abanica con su tétrico bramar.
Son las madres del pueblo quienes lloran
pues carne de cañon son sus hijos
los que van a la lid con sus bendiciones.
Por que los pudientes a los suyos atesoran
los mandan a las extranjas como escondrijos
mientras nuestros muchachos, van con oraciones.