JUSTO ALDÚ

LA MANO

La mano es un escenario

de líneas, rayas y versos

campo de batalla estrecho

del abrazo y los adioses

para matar la caricia

dejando escapar la edad

al cedazo palpitante

de la seda en ansiedades

que busca cobijo y nido

en el temblor indeciso

de un cuenco

en venas de azul

 

Flor pendapéndula absurda

que no sabe aprisionando

si el tiempo se escurre o pasa

por su espacio intemporal

o si acaso se detiene

expandiendo su corola

como astro entontecido

en su loco errabundear

para apresar ríos ocultos

artificio de ambiciones

del recipiente de carne

que al asesino es puñal

o piedra que golpea la piedra

más dura que la mentira

cuando el tribuno encanece

austeridades gritando

o río  de multigrafías

estilizadas y simples

que se revelan maestras

Manos de culpa hechizadas

adheridas al misterio

Manos que compran caricias

al cauce de la progenie

de bendiciones rastreras

 

La mano es paisaje

es decir cosas no dichas

aleteo de ingenios

bajo la lluvia en mil gestos

 La mano es cripta de todo

conocimiento emitido

desde el primer calicanto

de aleta salina y fría

hasta la brisa nerviosa

-cálida hasta lo imposible-

de un ballet de edades

que escribe la luz del tiempo

en pentagramas aéreos

 

La mano que tiembla

es la anciana ruta

a desnivel del alma

para iniciar el descenso

al catafalco del cuerpo

 

Manos de los cristos vivos

atravesados de espanto

Manos de nube y llanto

del monte de los olivos

que esculpen tragedias

Manos con titulares eternos

Manos manchadas de infiernos

y de homicidios paganos

Manos… manos mensajeras

Manos… manos pasajeras

fundidas en las desgracias

y en las yemas agoreras

¡Manos! estuches de progreso

hacia inmortales viaductos

y que rompiendo exabruptos

tienen luminosidad de un beso

 

Decir mano es decir

salto de la injuria más ignota

del primer hombre en el mundo

a la irisada cadencia

del movimiento pensado

hasta la voz insurgente

en un mitin de gestos

y hasta el índice que acus

las inmortales falacias

de siniestros doctrineros…

Autor: JUSTO ALDÚ/Producción 2014.