En silencio esperando cautivamente que la vida muestre el horizonte nuevamente, lentamente como talla en madera que solo deja plasmar lo que la mano quiere tallar, sonidos se hacen lejanos y compañías eternas, he de seguir, he de entender, que el mundo escrito esta, a seguir la rueda del destino, veo ojos solitarios que no quiere más mirar, compañías que ahora son más lejanas a mi, pero que fueron mi fuerza de crecer, hoy son solo solitarios recuerdos, en el túnel que se abrió para cruzarlo, ahora no puedo regresar, ya todos los dibujos han cambiado y la mano no puede reconstruir las personas que en cenizas hoy reposan en la soledad de mi corazón, las palabras no salen a flote, solo se hunden como si el corazón estuviera anclado en mi silencio, como si la soledad gritara mi nombre y abrazara mis sentimientos, pero solo en el frio calcinante de la soledad veo las huellas que el destino ya ha marcado y que deben seguir encajando según sus designios.