Me senté en la orilla de tus versos
Y los renglones de la tarde
Hicieron lo demás…
El insomnio se apoderó del futuro
y un repertorio de alas
Surcó cada una de esas noches,
Las flores y el cielo no se conocen todavía,
Un escultor rompe sus manos
En el medio de tu cuerpo
Para que tu pecho, instante precioso,
Le devuelva los ojos a Dios.
Yo buscaba en ese cuerpo los restos del paraíso,
Pero todos los tesoros se fueron con tu voz,
Y es que el amor tiene argumentos de sobra
Y un arma más poderosa que el corazón.
JULIO CASATI