Christian Vivar

♣ UNA MUJER HERMOSA ♣

Traviesa y risueña canta tu sonrisa

como el crujido de una tempestad en llamas,

adornada de atardeceres con brisa,

en una laguna de fugaces aromas.

 

Se parece tanto a esos granos de café

que me miran desesperados

al recordar que un día los aferré

entre un lecho de besos y relámpagos.

 

¿Cómo no enamorarme de usted?

Si el cielo le brindó los más dulces rayos

para que encajen con esa melena tan poco opacada

por ese corazón que se agita entre sus caderas.

 

Derrame su pureza en esta huerta

tan maltratada, tan olvidada

pero con  la pasajera puerta

abierta para su amada.