Me gusta vivir cantando
mis penas y mi alegría
y lo feliz que me hace
esta hermosa novia mía.
Acaricio mi guitarra
como si fuese su piel
y las flores del cerezo
perfuma nuestro que re.
Siento el calor de su piel
morena como ninguna
las caricias de tus besos
bajo la luz de la luna.
Sus labios rosas partidas
que perfuma mis deseos
y lloro como un chiquillo
si algún día que no la veo.
La espero cerca del rio
oculto tras las adelfas
para contemplar a escondidas
sus pechos que son dos fresas.
Cuando me miran sus ojos
me eleva hasta el paraíso
y me reclama mis besos
pues ella siempre los quiso.
Autor Joaquín Méndez
12/02/2014 14:40:26
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