Su rostro se fue escondiendo
tras arrugas que los años han dejado
y las canas han surcado
uno a uno sus cabellos.
El tiempo ha dejado huellas
de una vida de labores
y se han ido los amores
que en su juventud se dieron.
Solitaria en su balcón
meciéndose en su sillón
le queda la sensación
de que su vida fue vana.
Sus hijos ya no la buscan
pues todos tienen que hacer
y su vida dio por ser
la mejor madre del mundo.
Con sentimiento profundo,
ahora con un gran dolor
de saber que un gran amor
se le paga con desprecio
y olvidada está en el tiempo
preguntándose la razón.
Anciana si entender
la injusticia de la vida
que deja desprotegida
a quien más dio de su ser.
Los demás no pueden ver
lo que siente ella en su alma
unos minutos bastaran
para su alegría volver
solo por sus hijos ver.
Hijo de padres ancianos
recuerden su sufrimiento
y todo el padecimiento
que pasaron por usted.
No erre en su proceder
y ocúpese de su madre
si no piensa será tarde
al Arrepentirse después.