María

Espesa quietud

Entregada, en la frontera del sueño aparecen imágenes rotas y se desploman murallas. Me desarmo y pierdo mis amadas alas. Alguna vez planeé largos vuelos. Hoy, vencida y amputada,  sólo vivo en el vacío, hundida en la quietud de mis lejanas inquietudes.