No lo sé, tampoco quiero saber.
La luna desapareció y ya no me importa.
Supongo que el sol iluminará el día,
y por las noches me volveré uno con la oscuridad.
Camino perdido, sin rumbo, tampoco es que haya uno.
¿El brillo de mi mirada? Se fue con la sonrisa de mi rostro.
¿La vida es injusta? No lo creo, sólo sé que es una puta barata.
Ayer abracé a la muerte y le dije que me llevara; se negó.
Mi corazón está destrozado. Qué idiota, cierto que no tengo uno.
Creí en la gente, otorgué confianza y lo único que recibí fueron puñaladas.
Sigo siendo un completo ingenuo al creer que los sueños, se convierten en realidad.
Mi maldita botella de vodka se acaba, mientras vomito todos mis sentimientos.
No lo sé, tampoco quiero saber.
Perdí todo lo que me hacía feliz pero, ya no importa.
Hoy dormiré en el suelo para recordar que nunca tuve nada.
Abrazaré a mi maldita botella de vodka y cerraré mis ojos; para siempre.