Era un niño que soñaba
y en su sueño el veía
que una rosa florecía
al comenzar la mañana.
La rosa se puso al sol,
desplegó todas su hojas
y entre aplausos y lisonjas
la rosa al sol se durmió.
Cerró, las hojas cerró
más no creais que dormía,
un ojo abierto dejó
viendo si alguien sonreía.
Y vió que allí estaba él
que ensimismado miraba,
el bellísimo clavel
con el que la rosa soñaba.
Todo pasó en un tris-tras,
tiempo en que esto sucedió,
un suspiro nada más,
que el clavel la fue a abrazar
y el tallo se desmayó
¿de quién era? eso es igual.