Te tuve en mis brazos una noche
bebiendo de tus labios con amor
el amor que me ofrecías,
y yo te tome para que seas mía
sabiendo que tu corazón ajeno
de mis manos me lo arrancarían
………..al fin y al cabo no eras mía.
Hoy solo me queda el perfume de tu cuerpo
Impregnado en el mí
y lo que me tiene como aquella noche
a mi corazón a mil por hora.
Mi corazón te esperará toda la vida
para ofrecer su vida a ese tu amor con dueño
y así no me lleve la sombra de la muerte,
sino entre sus alas aquella paloma,
que una noche en mis brazos se quedo dormida.