Te has escondido en tus cielos,
te fuiste con tu menguante
y empleas en maquillarte
todo el tiempo en tus espejos.
Espejos que cobran vida
mientras te vistes de Nueva.
A mí me gustas más Llena
con tu cara, Luna mía.
Ven y dame tu luz,
que sin tu luz no soy nada
y las noches son muy largas
y mi vida es un baúl,
donde acomodo mis sueños
en los que me faltas tú.
Cúbreme con ese tul,
hecho de trozos de cielo,
y brillarán mis deseos
teñidos siempre de azul,
y tendrás mi gratitud
cada noche en mis desvelos.
Andrés María Contel
(RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS DE AUTOR)