Te presentía
cuando caminaba solo
en mi mundo de fantasía
sentía que me acariciabas
con los invisibles rayos
del temprano sol.
Mi alma enamorada
te encontraba
cuando una bella flor
su fragancia emanaba...
Aún en tu volátil ausencia
percibía
a través del aleteo
múltiple del picaflor
tu sutil presencia.
Manipulabas la naturaleza
para alimentar
mis sueños y esperanzas
todo era danza y semejanza...
Estabas de una u otra forma
me besabas con la luz
de una esférica luna
y llegaste a mí oportuna
como el mes de febrero,
apogeo del verano
que a las uvas
y a las frutas del cerezo
madura...
Adolfo César (NAZARENO)