Hoy vengo sin rosas como en la escuela
solo con mi mano para estrecharla,
Señorita, permítame decepcionarla
ante esta luna en vela.
Aunque claro siguiendo la triste estela
en el fondo quisiera enamorarla,
le miento si vengo a entusiasmarla.
Señorita, yo mato por tenerla.
Con toda mi bonhomía
vine solo con mi presencia
letíficamente a escucharla.
Entiendo, es triste la osadía
y en esto tenemos experiencia
pero señorita, permítame decepcionarla