Vivimos derribando pensamientos que nos esclavizan en la claridad de la oscuridad, librándonos de culpas y del pecado de la sangre. Vivimos desvistiéndonos y vistiéndonos en la batalla ganada del ser uno mismo Vivimos aprendiendo a disfrutar lo que tenemos, a ser feliz A vivir, en el tener derecho. A vivir, en victoria, sin vergüenza y, en la risa abierta del error reconocido, sin humillaciones. A vivir, cubriéndonos el pecho en la autoridad del pensamiento cuando el dolor duele y en la frente alta de la lucha la que nos alimenta la honra y la dignidad, nos fortalece y la palabra, crece. Vivimos, en la palabra que habla de uno, de nuestra vida, de nuestros hijos, de nuestra familia, de los sueños y de la fe. La palabra es, uno. Uno, en el resplandor que contiene la verdad, los legítimos y verdaderos valores, amándonos con amor, encontrándonos, en las alas desplegadas de la paz y en la esencia de la mano de Dios. la certeza es, la semilla. Uno, es la semilla de la palabra para dar y para amar, siendo. Siendo uno mismo. Siendo, su mano la escucha donde oigo su voz y en mi, me declaro y confieso en oración silenciosa, única e irrepetible, amada y bendecida, en la luz de su gloria Hija Mujer Amada y Amante del Señor
Mané