El vengador
Bebo en las ramas del galope de oro,
como en las fuentes de la lluvia mansa,
mi fuerza no es menor que la del toro,
mi fe es un laberinto que descansa.
Hay átomos, placentas, muerte y coro,
por donde yo he venido hasta tu danza
y un hijo y una piedra que atesoro,
pues fundan mi castillo y mi esperanza,
El resto, humanidad, silente foro
en el que puede hiere y se abalanza
sobre cada nación y su decoro.
Un día ajustaremos la balanza,
en tanto, avanzo, grito, sueño, lloro
y en el amor mantengo mi confianza.
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15 02 14