…No puedo dejar de escribir,
Oyendo el clamor sigiloso del tiempo;
Que me dice: ¡que me haga sentir!
No puedo abandonar la vida,
Que me cuestiona en las mañanas
Al haber desfallecido el alba
y el roció sobre las guirnaldas.
No puedo perder la luna de plata,
Que confía alegre tocando el violín
Esperando el alba, desfloreciéndose
Viéndome ahogado en mis lágrimas.
No puedo sacar de mi mente en yermo
Estas enardecidas palabras que flamean
Amargas sin efecto pero, conmocionan el alma…