L. Roberto M. Uriostegui

Mi vida te dedico

Te entrego mis mañanas solitarias, 

mi canto y sonrisa sin sentido 

las miradas tiradas y perdidas,

las noches de insomio compartido.

 

Te dedico mi vida toda entera,

sin saber acaso si la quieres,

si la buscas, o si la esperas

desde hace mucho ya la tienes.

 

Te dedico mis triunfos y mis gozos

junto con mis llantos y caidas,

con mis sueños derramados

perdidos, tirados, guardados, amados.

 

Te dedico mis letras sin sentido,

con mis rimas un tanto forzadas,

pero te juro que por ti bien inspiradas

lloradas, calladas y olvidadas.

 

Te dedico mis secretos, mis manos,

las miradas accidentales y circunstanciales,

las canciones que me traen tu recuerdo,

mismo que es el fin de todos mis males.

 

Así pues te dedico mi fuerza y mi llanto,

mis anhelos, mis sueños y mi canto,

aunque callado, escandalozo,

ilusionado y quizás enamorado.