Me despedí de tus fanstasmas por tercera vez
y arrojé tu adiós por la ventana.
Y mientras caía te rogué que te quedaras.
Después comprendí que era un absurdo
y un dios olvidadizo me besó los pies
y me pidió un milagro.
¿Qué harías si supieras
que tus mentiras pueden destrozar un mundo?
Leonardo Torrez
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