Bienaventurados seamos todos con
la Virgen Inmaculada y con su Hijo,
felices siempre, siempre en el Cielo.
Quiero que seamos todos y todas -
felices pero para eso tenemos que
amarnos los unos a los otros como
cuando eramos niños y nos quería-
mos desde muy pequeñitos. Siem-
pre decíamos la verdad y me acuer
do mucho de aquellos tiempos tan
bonitos y ahora que soy mayor sigo
diciendo verdades más grandes que
el firmamento y Dios como lo ve todo
si somos buenos nos ayuda desde el
Cielo. Me gustaría formar un partido
y tener millones y millones de amigos
que pensaran como yo y derribar a los
malignos porque bondad es bondad y
la gente de los pueblos seríamos todos
bienvenidos. !Que maravilla y que ale-
gría, bondad, bondad infinita! y que --
seamos todos buenos hasta el fin de -
nuestros días.