Hoy vengo a merendar acá contigo
abuelo de los tiempos memoriales
de esos soles empachados de olvido
que adoramos en fechas especiales
Vengo a libar vino de tu experiencia
para embriagarme una vez más de olvido
y soñar que este mundo corrompido
puede cambiar si le damos paciencia;
no reclame de mi ya la decencia,
es mujer que jamás he conocido,
acompase otra vez aquel silbido
que me regalaba cuando era niño
cuando la fantasía y el cariño
era lo único que había vivido.
Dígame que el mundo tiene esperanzas
de encontrar hacia la paz el camino;
que solo es cosa de alzar alabanzas
para cambiar el maldito destino
¿Qué si es que hoy no son fechas especiales?
¡no le he dicho que vengo a congraciarme!
por las noches que supo usted llenarme
de música mis marchitos rosales
al contarme aventuras colosales
de hombres que en el honor era su ruta,
de sabios que evitaban la disputa,
de la eterna y dulce felicidad,
que también gozaba de castidad
esa mujer a la que llaman puta.
¡Abuelo! ¿Dónde está que no le escucho?
necesito escuchar su fantasía
no me venga a decir que esta es la mía
que lo he perdido a usted, y hace mucho.