La luna me susurra sus misterios. Le pido que me lleve con ella. Me duele tanto cada amanecer…Me enfundo en mi tapado colorado y salimos. A nuestros pasos las azucenas nos hacen reverencias. De repente aparecés. Se cierra mi corazón pero mis ojos se atreven. Sé que también temblás. No nos hemos visto en años. Espontáneamente te veo tal como eras aquel verano. Mi mente se acelera, no sé qué nos diremos. Y súbitamente te percibo sin defensas mientras yo me siento fuerte… Hoy es un gran día: puedo derribar el mito. Ya no sos pura poesía. Realmente no sé quién sos. Celebro partir con la luna, huyendo del alba, sabiendo que te dejarás devorar por el sol.