Cuando la música me lleva,
mis pies, como pompas de jabón,
apenas tocan el suelo,
se elevan, brillan
y siguen el curso del viento.
Cuando la música me lleva
las suelas de mi zapato brincan
y hacen música también,
resuenan, cantan y sonríen,
y siguen el curso de la duela.
Cuando la música me lleva
mi mente como río en cautela,
corre, escucha y lleva
la música de adentro hacia afuera,
y con sus pequeños brazos
jala los árboles y troncos,
y les da vida
y también recibe aliento.
Cuando la música me lleva
mi corazón respira,
y se exalta y se acelera
con una blanca canción de tierra.
Con listones coloridos
y arcos de madera
camino al paraíso
cuando la música me lleva.