Aquella madrugada en la que se despidio,
antes de saberlo recien llegado el sol, que se hundio
en un sarcatisco lagrimon.
El rey se ah ido
El rey se ah ido
En dicho viaje al mas alla dodne sus pecados se olvidaran
a memoria popular y artruista.
El rey se ah ido
El rey se ah ido
Largas caravanas de perdon y adios
La noche quedo en un silencio rechinchante es
esa accion que de sorpresa muerta quedo.
Llorosos canticos se suman al show, de su
indiscreta despedida, todos los ojos quedaron
viendo su estatica figura permanece ante el
desinteresado desfile, ante su figura que prioriza
su acto de presencia, tipica de los conventillos de su
cantico griterio, en la cuales el rey supo ganar
su admiracion, cantandoles la melodia que mas les gustaba
ecuchar.
El vacio es monumental, esta la preocupacion por tapar dicho
hueco que la desorientacion reina en muestra d euna incentidumbre
sin respuestas en el corto plazo.
El rey se ah ido
El rey se ah ido.
El viaje consiguio el que hasta poco antes sonaba absurdo,
el perdon de la morbosa masa que beatificaba como un
faraon del viejo Egipto, en las cuales sus mas fieles creyentes
siguen al pie de la letra las solemnidades de un circo bañado
del acartonado molde algun tinto de oscurisima presencia,
adornados por una multiplicacion de de algunos tiburones
en su fondo.
El rey se ah ido
El rey se ah ido.
Lagrimas de cocodrilo se derraman incansablemente, todos
sea como sea quieren ser parte del faraonico circo.
Noches oscuras, largas y silenciosas en las cuales su retrato,
decora largas e interminables calles porteñas con toda la
indiferencia de su pesares
transitaran \"otros\", monumental y monopolicamente es el tema
que esta latente.
Su sorpresiva ida la cual promete tragarse calles, avenidas y buena
parte de la historia conteporanea.
El proceder de ambos bandos es un baile improvisado del cual,
hasta encontrar una forma, los pies hinchados quedaran.
El rey se ah ido
El rey se ah ido
La reina consorte, mira muy atentamente las instrucciones del
tablero intentando seguir al pie de la letra el riguroso procedimiento.
Por momentos duda muchisimo para que lado mover el caballo en dicha
de distraer al oponente mientras reacomoda su permanente defensa de
cortesanos que alos ojos de la desconfianza se apuntan ellos mismos
al fiel encanto desconfiado de las traiciones que estaran ala orden del dia
enbarrandose lo maximo posible la cancha, con el fin de borrarse sus limites.
El rey se ah ido
El rey se ah ido
Su laureada y dorada corona, abazada con la fuerza de la desconfianza su
consorte, al miedo de una traidora distraccion.
La indiscreta repercucion al respecto de su ida a llegado hasta el marmol
en todas sus expresiones.
El rey se ah ido
El rey se ah ido
Las velas se alzan en su lagrimon popular, en la cual su omnipresente figura
estara por mucho tiempo presente hasta el hartazgo.