Renunciado he a mi albedrío
conque has coronado mi existencia,
adentrandome del todo en ese rio
do encuentro cada día tu presencia.
En mi andar por el mundo que creaste,
se recrea mi alma en la hermosura,
de la luna, el sol y las estrellas,
los arboles y toda la natura.
No concibe mi humana inteligencia
comprender el precio que has pagado,
por librar mi alma de la muerte,
cuando todo lo que hago es errado.
Se pervierten los hombres, las naciones,
escondiendo con pretextos sus pecados,
tu perdonas sin rencor mi vil ofensa
si confieso y me aporto avergonzado.
Es tan grande lo que haces por el hombre
que no existe mi Dios impedimento,
de que salgas cada día a la batalla
liberando al que se pierde en su aspaviento.
Como puede un humano responder
hacia algo que no tiene comprensión,
acaso te vasta con mi vida,
acaso te complace mi oración? .
Todos los mortales rudimentos
que el hombre ha inventado por su bien,
son escasos esfuerzos por ser libres
y no aportan a la vida sino estrés .
Que me puede seducir de este mundo
si su gloria no dura mas que un ciclo,
tan efímera y vana es su esencia
solo llena de real y cruel martirio.
Te pido que mis días sean tan largos
y me basten para a ti entregarlo todo,
pues no quiero embriagarme con el vino
do se ahogan los sueños y el decoro.