Detente por un momento
silenciando las agujas del reloj
que van apresurando nuestros pasos
y observa por un momento
la delgada línea que separa
el bien del mal
reconstruyendo los pasos en falso que has dejado
marcados en las arenas del pasado
y dime:
¿has encontrado la paz?
Paz...
Eso que no tocamos desde hace mucho
y sentimos que es en vano acariciar
por la pereza de sumergirnos en la realidad
y en las decadencias que a nuestro mundo asecha
¿por qué ser ciegos si tenemos ojos?
¿por qué no buscar la paz si tenemos alma?
¿por qué no salvar nuestro mundo si somos jóvenes?
Detente otra vez
retrocede el reloj
vacila entre el tiempo
y mírate:
¿qué queda en tu alma?
¿y el amor?
¿qué hay de amor en tu alma?
¡¿quién sos ahora?!
Retrocede un poco más
y observa cuando eras chica
mira como corres y ríes,
como soplas los dientes de león,
como tú,
niña preciosa
enamoras la naturaleza con sonrisas llenas de amor,
como persigues las mariposas llena de paz,
¿lo sientes?
Yo sí
y no llores
que aún queda amor en nuestras almas
y mientras haya amor cenizas de paz quedan
esperando que aceleres el tiempo
y vuelvas a soñar
porque yo sé que el arte puede cambiar al mundo
como tu mirada lo ha hecho conmigo.