[...] bajo el sol, mis lágrimas se marchitan
... el carbón denso que llevo dentro
hace más pesada la libertad del tiempo en la piel pegada a mis músculos catatónicos...,
... combustible es la agonía que hunde los vestigios de la lluvia en mis párpados...,
... dentro de las ojeras está contenido todo el universo sin sus luciérnagas
y
duele
volar
pegado
a
la
oscuridad
...,
Mirar la pared albina y pálida,
enferma como esa mirada que tengo a veces
cuando me dejo caer por el movimiento de las calles vacías...,
agrietada,
llena de fisuras está mi alma pegada en las ruinas
de los recintos
que albergan recuerdos
y memorias
de retinas desteñidas...,
... bajo el sol..., esta mi alma
palideciéndose
por la destrucción
y los vestigios
del tiempo...,
... combustible de éstas lágrimas que llevo dentro -consumiéndome-
... ya cuando la pared enferma agoniza en mis sueños
... quemando eventos de la realidad
en la caída desteñida de mi vuelo,
/duelen los sufijos perfectamente,
donde mi mente es tan imperfecta
ante los prefijos de la perfección.../
... Sí solamente estuviera fijado el dolor en el claustro de huesos
no estaría alimentando a las bestias fuera de mis entrañas
que cautivan la felicidad en estatuas ancladas al paraíso
embelleciendo la orden de los ángeles con sus máscaras enfrascadas
sobre ese delirio tan íntimo llamado \"Amor\"
... Sí tan sólo abriera mis ojos..., sin verme cayendo[...]
... Sin ser la alegoría de un ángel caído
... Sin ser un cuerpo fermentado en la huella trisada de lamentos...,
...Sin ser cadáver mañana...,
en las muertes pasajeras y enfermas
donde el \"sol\" lo vive muriendo el príncipe sin su cielo
sobre las legiones virulentas de la noche
amasando todas las luces, en la densa combustión emocional,
donde las pocas chispas caen esculpiéndose en las sombras
en cenizas..., muertas y perdidas,
está
mi pérdida
buscando
el origen
de mi caída...
La noche sé hizo para dejar libres a los muertos...,
La noche se desintegra en mis ojos vaporizados por el detalle \"quebrado\"
La noche en el lenguaje interno que muchas veces enfermó con la realidad quebrada,
La enfermedad pálida que ennegrece moribunda en los pétalos marchitos...
[Quizás aún no he nacido- Quizás aún no he muerto]
Vida, vida! por qué me has entregado a la soledad de las sombras.
de noche...-
frente a la tumba de dos alas en cenizas-
Vivo incendiándome,
vivo palideciendo emociones
-cenizas de la vida
-sé dice vivir en esas sonrisas
que tantas veces se fugan en el tiempo-
tú con tu cuerpo de helio
estallando en mi pecho...,
quién tenga el combustible
para terminar con mi agonía?
ternura de mirar las manos vacías
y escribir un poema,
de la nada
una lágrima
se fermenta
en la mirada pálida y en ruinas...
Comentario de Autor.