Raúl Daniel

Padre… ¡te quiero!

Llena de fe mi aljaba,

que mi arco espera

para arrojar las flechas

de tu palabra...

 

Tu vida misma me atrapa,

llena y lleva

a tu puerto seguro

mis henchidas velas.

 

Estás en mí

con tu amor sin medida

haciéndome feliz,

curando mis heridas...

 

Colmada de satisfacciones mi alma,

mi sed saciada,

caigo de rodillas compungido,

¡a ti agradecido y pleno!

 

Tú me amaste primero

y mi amor hacia ti

sólo es el reflejo

de tu amor eterno;

Padre...¡te quiero!