Al derramar tu voz mi deseo Truenos, ferias y verbenas Te quisieron fértil mis manos, cual idús de Marzo Toda tú longeva, en mi patria de flores. Al desatar tu boca la mía Amapolas, rosas y romero Todo el monte pareció mío Desde las albas al tercio del mirlo Mi garganta de hilos, fue de escarcha virgen Porque tu piel retiene los atardeceres Y más caricias de la que conoces Porque en mis manos , los dedos crecen Celosos unos de otros Y todos te señalan. !Cuanta luz destilan tus ojos! !Cuantas pecas, en la noche de tu espalda brillan! !Cuanto amor se impacienta en mi sangre! !Cuanta!