Una estrella apagada
está guiando mi destino
por senderos que sin brillo
marcan lo que es mi sino.
Ya no hay risas,
ya no hay llantos,
ya no hay sombras de equilibrio;
ya no hay luz ni oscuridad.
Es la nada que ha invadido mis espacios;
es la nada que ha tomado mis sentidos.
Vago ausente de mí misma,
naufragando entre olas tormentosas
de lúgubres y oscurecidos océanos
que me empujan hasta el fondo;
que me arrastran entre corales y nácares.
En arremolinados movimientos…
yo me dejo llevar por la corriente,
sin sentido…desfalleciente.