Estoy en mi balcón mirando la calle
Y hay algo que me impide salir a pasear
Ya sé que es por la enfermedad de mi valle,
Azotea cerebral que anula mi pensar...
Tengo sesenta años y la vida solucionada
Sólo tengo que dejar pasar el tiempo pasar,
Pero eso es lo más fácil, de esta vida condenada,
Ha vagar por el interior de mi alma a mi pesar...
No encuentro la salida, de esta cárcel virginal
Por dónde la sombra de la soledad me martiriza
Y me presiona con múltiples depresiones, del mal
¿Dónde está mi playa, donde mi vida soñada?...
La brújula de mi sentir, ha caducado en mi condado
Y me tiene prisionero en el infinito de mi ser
Señor Dios del universo te pido en un verso caducado,
Que me saques de este estanque, del ser, o no ser...
He perdido casi toda la afectividad familiar en general
Porque quizás tantas pastillas que me tienen condenado
En este laberinto cruel, lleno de lástima individual
Y pienso que sólo soy, un hombre enfermo y marginado.
¿Dónde está la luz que mis sueños divisan? un sendero con mil candiles, que los iluminan?
Modesto Ruiz Martínez / jueves, 20 de febrero de 2014 Enviado desde mi iPad