No hagas de tu corazón un puño, para herir abre las manos y acaricia a quien piensa en ti.
No des significados, sin tener certezas, a palabras que no entiendas.
Con atención sin memoria selectiva, piensa en todo, no tu verdad.
Difícil dirigir los sentimientos nuestros, más aun de los demás.
Nunca quieras arrepentirte, por haber pensado mal.
Son agujas envenenadas que entran en las venas , desconfianza, casi siempre sin razón, o sin haberlo pensado bien.
Deja que te quieran, deja entrar la brisa suave del atardecer, en día veraniego.
Siente paz en tu espirito, siente calor en tu pecho, no rechaces cariño regalado con verdad.
Más tarde en el tiempo del futuro, sentirás su falta, como hoja pisada en el suelo, mojada de lágrimas de alguien que tanto te quiso y tú la rechazaste.
Haz de tus puños abriendo las manos, alas de paloma blanca, que vuelan por las nubes sin mancharse de negro de tanto equivocarse.
En la pureza sencilla, de ser persona, haz tu mundo sin recelos, vive, ama y déjate amar.
Si supieras lo que perdemos por la vida, que nunca lo recuperaremos, seguro que pensarías tu forma de vivir.
Tarde, mui tarde nos damos cuenta, como fuimos impensados, como echamos a perder, lo que de más bello tiene el ser humano. Nobleza de carácter, rectitud, justicia e lo que mueve montañas, Amor. Sea de qué forma sea, en la mano de un niño, cuando coge la nuestra, en la mirada, del anciano, que arrastra los pies por la carretera, ya sin futuro.
En este triste atardecer, de un día lluvioso, con niebla y frio, quería tenerte cerca e sentir en tus ojos una luz de bondad envuelta en un poco de ternura. Mi soledad se transformaría en felicidad.
Oporto 3 de Enero de 2014
Carminha Nieves