Buenos Aires es un hervidero de gente y a cierta hora es como patear un hormiguero y yo como muy normal no soy, me gusta salir a caminar a esa hora, a lo mejor es de puro retorcido nomás, porque mirándome en el espejo de sus caras, me doy cuenta que para el psiquiátrico todavía no estoy.
En medio de mi deambular y a lo lejos, vislumbro una sombra venir hacia mi, es una figura borrosa, si digo que se apareció de la nada, corro el riesgo de pasar por mentiroso, sigue acercándose y a medida que lo hace, se va pareciendo cada vez más a un ser humano.
La gente siempre apurada va de aquí para allá, sin darse cuenta siquiera de esa presencia y en ese instante me atacó el temor por lo siguiente, ¿acaso el único que lo veía era solo yo?, no lo podía creer.
De golpe y porrazo se presenta en todo su esplendor y caminando a mi lado, pero ignorándome olímpicamente.
Al estar tan cerca mío lo pude observar “de cuerpo entero” y lo que ví no me agradó precisamente, si lo tuviera que definir diría que era una figura fantasmal con todo lo que ello implica, pareciera que no tuviera los pies en la vereda, flotaba sobre ella y su atuendo era muy antiguo.
Observaba todo con mucha curiosidad, tanto los edificios como la ropa de todos los caminantes, moviendo la cabeza en un gesto de no entender nada.
Pero de golpe se comportó algo errático, fue como si se hubiera dado cuenta que estaba a su lado y noté con mucha bronca la cara de tujes que puso al hacer el recorrido por mi vestimenta.
Primero miró mis zapatillas, luego mis bermudas, deteniéndose en mis piernas peludas y por último en mi camiseta que tenía escrita Y LOVE y finalmente posó sus ojos en mi cara, juntó sus manos miró hacia arriba y noté que de sus ojos brotaban un par de lágrimas.
Yo andaré falto de neuronas, pero hay ciertos momentos en que mi cabeza trabaja casi humanamente y me doy cuenta de algunas cosas, en este caso que yo era para él, un gran pelotudo digno de la cinta azul de la popularidad,
Siempre envidié a los que decían que vieron o se les habían aparecido algún fantasma, pues es una experiencia por demás extraordinaria, pero esto que me pasó a mi, habla elocuentemente de mi reputísima vida.
La única vez que veo un fantasma y el vago se dedica a sacarme el cuero y para colmo de males al mirar hacia arriba escuché en un susurro que decía:
PADRE SANTO, ESTE BOLUDO ES UN FIEL EXPONENTE DE CÓMO SON TODOS LOS HUMANOS.
Como verán lo mío no es nada fácil, para mi señora soy del inventario, a los reyes magos nunca les interesó pasar por mi casa cagándome mi infancia y ahora esto, tener que irme con el rabo entre las patas por “esta cosa” que ni siquiera se que carajo es.
Pero a esta historia le falta la última parte, fue cuando frente a nosotros(eso y yo) apareció otro engendro parecido al antedicho y enojadísimo le dijo: dejáte de joder Pancho, y hagámonos humo cuanto antes, te dije mil veces que aquí
en la tierra no ibas a encontrar nada bueno y que los humanos después de tantos años, no aprendieron nada.
Y siguió con su perorata, de esta gente no vas a aprender un pomo, son todos iguales, inclusive el viejo loco que tenés al lado, que por lo rarito que es …¡NO ME EXTRAÑARÍA…QUE SEA POETA!..
ESTAMOS TAN DESCREÍDOS DE TODO, QUE HOY POR HOY ¡NI EN LOS FANTASMAS SE PUEDE CREER!.
Boris Gold
(simplemente…un poeta)