La venezolana buenamoza por la ciudad pasea.
Vive una aventura extrema en un día inusual
Siente la adrenalina agolparse en sus venas
“la verdad está en la calle”, ella muy bien lo sabe
Escucha el clamor de la gente,
Que en cada esquina es latente
¿por dónde fueron los tiros?
Pregunta una dama asombrada,
El anciano desvaría y responde:
¡Los colectivos de la paz!
Aquel joven charlero, que sube al autobús,
en su mensaje ulterior, por las bellas reinas llora
Y si son estudiantes ¿por qué los matan?
En los silvidos del aire la interrogante viaja
Ellos entregan la vida para exigir tu arepa,
Es el estallido de un reclamo por una vida segura
Es la sangre la tinta, que ninguna memoria olvida,
Y quedó su impronta, esculpida en cada calle.
Aunque no haya tinta ni papel y si el bloqueo de internet
La verdad golpea y se hace sentir con dolor
En lo mas profundo, en las entrañas de la negra.
Es la bandera que ondea en su india cabellera
Después de escuchar tanto,
La blancura de sus dientes no la quiere mostrar
Mestiza, zamba o mulata, a quien le puede importar
Mujer venezolana, una guerrera sin par
Quizás dos, tres o cuatro, son las \"bolas\" que ella tiene
su valentía y una voz que ningún tirano puede ahogar.
Son las mujeres indómitas que engrandecen a este país.