Hay poetas
que disparan juegos de artificio
señales luminosas
en un cielo
cada vez más negro
otros no se cansan
de inventar el amor
elevando al ser que aman
como una cometa ante nuestros ojos
que sólo registran fugaces estrellas
algunos nos cuentan intimidades
de sus orgasmos
detalles que a esta edad no nos pueden interesar
ocupados en impedir el derrumbe final de los huesos
otros quieren cambiar el mundo
olvidándose que ya otros lo cambiaron hace tiempo
y que yo mismo, para mí todavía la persona más importante,
me siento muy a gusto en él,
en mi cuarto con una pequeña ventana
que me la imagino abierta al infinito.