El débil resplandor del sol
De las últimas tardes del verano,
Acentúan las sombras
que hay en mi alma.
¿Qué hechizo siniestro
La vistió de luto?
¿Quién adornó su pelo
con desteñidos azahares?
¿Quién colgó en su cuello
Guirnaldas de lágrimas?
¿Fuiste tú, infinita tristeza?
Compañera de días
y noches interminables.
Fiel amiga del oprobio,
de las penas y el agobio
Detén su saña perversa
Libera mi corazón.
Deja que vuele indemne
Procurando encontrar
En el bronce de campanas,
Alegres voces que canten
A la vida con afán