No sé si era ella
que con todo
el esplendor de su luz
había separado todas las nubes
que la rodeaban
o era el viento
que nos acariciaba
y de una vez nos dejaba al descubierto
para que ella nos diera un baño
amoroso de luz ,
o es que deseando ser la primera
le ganaba la apuesta
a las suaves olas del mar ,
que nos esperaba
despues de haber contado
mil estrellas
y haber contemplado la que
nos llevó en su fugaz paso
frente a nuestro cielo
que nos cubría
de la curiosidad de ella
la buena luna
que sonreía de la pasión
que recibía
de aquella playa
en la cual
tú y yo ascendíamos
en un viaje
de infinito gozo .