Con fe, y ciega la mirada,
he contado las horas, he roto mis relojes,
y así silenciar el tiempo, y que sean tus voces,
la única medida en mis pisadas.
Con fe, con confianza, se ha vuelto la historia,
ante ti, la bruja que arde en la pira,
como si fuese más que tú lo que se quema,
como si fuese más que tú, y es mentira.
Con esperanza, querida,
pese a todo, y la desventura,
quiero trocar ese dolor a la ternura,
y romper en una sola sinfonía.
Con esperanza he limpiado tu dolor,
Aquí... en la vasta niebla fría,
he robado algunos besos de tu boca,
y guardado en la infinita esquina.
Y con amor, con amor yo he peleado la apatía,
para esconderla donde no puedas tomarla,
fácilmente, busqué yo desarmarla,
para borrar de tu boca su grafía.
Y puedo decirte yo, mis añoranzas,
en las que he perdido todo mi calor,
sólo quedan mi amor, fe y esparanza,
y de esas tres, la más valiosa es el amor.