La mano que pide una moneda
invertebrada nos devuelve
una iglesia de brillo vegetal
una plaza con ciruelas ya madrinas
un pastel del pan olvidado en los baúles
un rostro del abuelo
en el mapa de la tarde
La mano frotándose en los túneles
o quizá en ellos imaginada
obvia los avatares que asaltan el reino
volando como mendigos
proviene de un Caín o Prometeo
otorgada con una intención sagrada
como caída del cielo
del cielo
y nada más.