Una vez conocí a un simpático niño.
Su nombre es Fer,
el niño que no quiere crecer.
Fer, el niño que no quiere crecer,
cree que con perseverancia permanecerá siempre en la infancia.
Fer, el niño que no quiere crecer,
sostiene que sólo crecen
aquellos niños malos que jamás obedecen.
Fer, el niño que no quiere crecer,
quiere vivir en la niñez eternamente,
y no desea transformarse
en un travieso adolescente.
Fer, el niño que no quiere crecer,
piensa que los adultos son aburridos,
pues generalmente están serios
y se niegan a ser divertidos.
Fer, el niño que no quiere crecer, afirma que solamente les llega la muerte,
a aquellos seres que no tienen suerte;
y para él no estaría mal
ser siempre niño y ser inmortal.
Fer, el niño que no quiere crecer,
tiene consciencia
de que lo más puro de este mundo
es la eterna inocencia.
Fer, el niño que no quiere crecer,
con papá y mamá toda
la vida va a permanecer.
Una vez me encontré con un maravilloso niño.
Su nombre era Fer,
el niño que no quería crecer...